¡Nos proclamamos Tingel Tangel!

En un sistema social en el que ser uno mismo es toda una lucha, necesitamos lugares de encuentro en los que poder defender quienes somos.

Gracias a estos lugares, se visibilizan otras formas de existir, de pensar. Se muestran y desarrollan ideas que nunca antes se habían expuesto o expresado de manera colectiva. Se repiensan y cuestionan las normas. Lo bello se contempla no tan bello y viceversa.

El cabaret es un lugar para la libertad, para ser uno mismo, para expresarse, para ser capaz de decir no, pero también de decir sí. Desde su creación, ha subido a su  escenario a artistas de todas las identidades,  condiciones físicas y sociales, para luchar por sus ideales, para hacer entender al público que eso también es una opción de existencia igual de válida y bella, y que nadie debe arrebatarles la libertad de ejercerla.

En el cabaret se critica, se experimenta, se muestra, se pelea, se juega, se acepta, se aprende, y sí, se baila, se actúa y se canta más allá de querer mostrar una técnica perfecta, en el cabaret lo que importa es que te cuestiones. Puede que te ofendas, pero seguro que mañana, al despertar, piensas diferente.