Ayúdanos a hacerlo realidad

Por muy revolucionarios que nos creamos, hay que pagar los costes del espectáculo que te llevará a descubrir nuestro mundo. Por eso alzamos la voz y bramamos:

¡Traigamos de vuelta el Kabarett! ¡Hagamos juntos la revolución!

Juramos por Karl Valentin, Mistinguett y La Goulue que vuestras aportaciones no serán usadas para el jolgorio, ni siquiera para pagar el alquiler. Únicamente serán usadas para poder levantar nuestro templo, templo del que formareis parte desde el momento en que decidís hacerlo posible con vuestra colaboración.

Porque sí, por muy repetido que esté el discurso, las artes escénicas solo cobran vida en el momento en que un espectador gira su cabeza para mirar. Se interesa por la cultura y quiere aportar a ella, sea de la forma que sea. Es ahí donde surge la magia, se crea el diálogo, la comunicación. Donde se nutren las dos partes, donde se vuelven una. El espectador se convierte en parte de la obra al observarla, vivirla, soñarla, pensarla… y la obra efímera cobra vida al ser observada, vivida, soñada, pensada… por ese de ahí, el de la butaca de terciopelo rojo, ¡tú!.

Tu aportación construirá…

Nuestro vestuario.

Nos maquillará.

El atrezzo necesario para representar nuestros sueños.

Un diseño de iluminación que te deslumbre.

El equipo de sonido necesario para que no tengas que afinar el oído.

El material audiovisual que hará que no quieras faltar a Tingel Tangel.

La publicidad y comunicación para que no te pierdas detalle.

Los gastos y servicios que conlleva levantar el templo.

¡Gracias por hacer Kabarett!